El Proyecto del Último Prisionero (LPP), una organización sin fines de lucro centrada en liberar a prisioneros no violentos de cannabis, tiene un nuevo aliado en la cadena minorista premium Apotheca dispensary. Ambos comparten un mandato mutuo para la reforma del cannabis y para contar la verdad.

"Es horrible que haya personas en la cárcel por hacer básicamente lo que nosotros hacemos todos los días ahora," dijo Lee VanTine, propietario y CEO de Apotheca dispensary. "Se siente bien poder retribuir y ayudar a liberar a personas en prisión que son inocentes según los estándares de hoy."

Existen otras razones por las cuales la sentencia de cannabis debe ser reevaluada más allá de cambiar leyes. Cambiar leyes no significa cambiar sentencias. Y las severas condenas de prisión han afectado abrumadoramente a personas y comunidades de color, en cifras impactantes.

"Gran parte de esto se remonta a los días de Anslinger cuando Reefer Madness era una cosa," dijo Stephanie Shepard, Directora de Advocacy de LPP. "Y muestra cómo el fanatismo es parte inherente de la historia de desinformación sobre el cannabis y cómo ha llevado a condenas injustas."

El concepto erróneo sobre el cannabis proviene de décadas de prohibición. Como Shepard, muchos en la industria del cannabis consideran toda la 'Guerra contra las Drogas' como basada en fanatismo y mentiras. Hombres como Henry Anslinger utilizaron estereotipos raciales para impulsar la legislación contra el cannabis en el Congreso.

La mentalidad sensacionalista de Reefer Madness de la época creó un estigma en contra del cannabis que persiste hasta el día de hoy, contribuyendo a un sistema injusto con leyes desiguales. Incluso con la legalización, las demandas del gobierno y la supervisión burocrática han causado mucho sufrimiento innecesario.

"Las leyes injustas sobre el cannabis no afectan solo a una persona," dijo Shepard. "Destruyen familias y arruinan comunidades enteras. Mantener a hombres buenos como Kevin Allen, Rudi Gamo y Ricardo Ashmeade lejos de sus familias no se trata de seguridad o justicia."

Las injustas leyes sobre el cannabis también arruinan la vida de buenas mujeres, como Shepard. En 2010, fue condenada por conspiración para distribuir marihuana, lo que le valió una condena de 10 años de prisión. Hoy, está motivada por sus experiencias como delincuente de primera vez y no violenta, en un sistema de prisiones con fines de lucro.

La Oficina Federal de Prisiones hizo una última cosa horrible a Shepard: la impidió ver a su padre moribundo. Cuando enfermó de cáncer a los 91 años, su permiso especial para visitarlo no fue suficiente. Después de cumplir nueve años, fue puesta en libertad condicional federal por cinco años adicionales.

Shepard ahora sirve como directora de LPP y forma parte de la junta directiva de la organización. Aboga apasionadamente por la justicia restaurativa, trabajando para poner fin al sufrimiento y al fanatismo sistemático de la criminalización del cannabis, dolores innecesarios que ella conoce demasiado bien.

Incluso con la reprogramación del cannabis, LPP todavía tiene mucho trabajo por hacer porque el objetivo es la DESprogramación. Y nuevamente, la legalización por sí sola no cambia las sentencias.

"La generosa donación de Apotheca alimenta la misión de [LPP], acercándonos a la justicia y la libertad para presos de cannabis no violentos e injustamente encarcelados," dijo Shepard. "Juntos corregiremos este error."

Para más información sobre el Último Proyecto del Prisionero, visita lastprisonerproject.org/takeaction.

Para más información sobre Apotheca, visita www.apotheca.org/giving.

Para más información sobre este comunicado, llame a Bart Benne al 828-575-7516 o escriba un correo electrónico a media@apotheca.org.

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