Antes de mudarse a Ashby Ponds, una comunidad de Erickson Senior Living en Ashburn, Virginia, el coronel retirado del Cuerpo de Marines de EE. UU., Al Richmond, obtuvo la notable distinción de convertirse en el "Groundpounder" de más larga duración del Maratón del Cuerpo de Marines, un apodo dado a alguien que ha completado cada Maratón del Cuerpo de Marines desde que la carrera de 26.2 millas comenzó en 1976.

"Había varios otros como yo que querían correr en cada carrera. Al principio, mi objetivo era no ser el primero en romper la racha", dice.

No solo mantuvo la racha, sino que también fue el último en hacerlo. Al se convirtió en el último Groundpounder en retirarse de la carrera, después de la 42ª carrera anual el 22 de octubre de 2017.

Corrió junto a su hija Elisa en sus últimos cuatro maratones, y fue animado por su amorosa esposa Kitty, sus seis hijos adultos, quince nietos y una multitud de amigos solidarios durante sus 42 años como Groundpounder.

"Todos estamos muy orgullosos de la dedicación y perseverancia de Al", dice Kitty. "Sus carreras siempre fueron grandes eventos familiares. Todos nos reuníamos para una cena de pasta antes de cada carrera, lo animábamos a lo largo de la ruta y lo esperábamos en la línea de meta".

Corriendo hacia el destino
La pasión de Al por correr largas distancias comenzó, inesperadamente, con una conversación en el vestuario del Pentágono.

"Acababa de terminar una de nuestras carreras obligatorias de tres millas cuando uno de mis compañeros Marines entró después de una carrera de diez millas, y pensé: 'Puedo hacer eso'. Así fue como todo comenzó", recuerda.

En ese momento, el Cuerpo de Marines se preparaba para el primer maratón, el Maratón de la Reserva del Cuerpo de Marines, como se llamó durante los primeros dos años. Al, con experiencia en procesamiento de datos, se ofreció como voluntario para preparar las tabulaciones de la carrera, pero también estaba decidido a correrla.

El primer maratón, celebrado el 7 de noviembre de 1976, vio a 1,000 corredores cruzar la línea de meta. Desde entonces, la carrera se ha convertido en una de las más grandes del mundo, acogiendo a más de 30,000 corredores de los cincuenta estados y más de cincuenta países.

Además de correr las primeras 42 carreras del maratón, Al completó diez maratones adicionales, incluyendo tres finalizaciones del Maratón de Boston.

Uno para los libros de récords
La carrera más memorable de Al fue el Maratón del Cuerpo de Marines en noviembre de 1990, que corrió menos de seis meses después de sufrir lesiones graves mientras asistía al Jazz Fest en Nueva Orleans.

"En septiembre, mientras me recuperaba, leí un artículo en el periódico sobre un tipo que presumía de haber corrido en cada Maratón del Cuerpo de Marines. Pensé: 'Caray, ahora tengo que hacerlo'", recuerda.

Decidido, Al aprovechó al máximo las siguientes seis semanas y se paró en la línea de salida, listo para competir, el 4 de noviembre de 1990.

"Fue su carrera más difícil de completar, lo que la hizo la más memorable", dice Kitty. "Es realmente notable lo que tuvo que superar, no solo para llegar allí, sino para cruzar la línea de meta".

Nuevo capítulo
Después de su último Maratón del Cuerpo de Marines en 2017, Al y Kitty comenzaron a hacer planes para una jubilación vibrante y sin preocupaciones. Sus buenos amigos David y Janice Mitchell vivían en Ashby Ponds, así que decidieron explorar la comunidad.

"Dave y Janice fueron una gran razón por la que nos mudamos a Ashby Ponds. Anteriormente habían disfrutado de una gran vida en Fairfax, y elogiaban mucho la comunidad, así que respetamos su opinión", dice Kitty. "Lo que descubrimos es que una vez que ves Ashby Ponds, te enamoras. ¡Hay tanto aquí! Desde los restaurantes hasta todas las actividades".

Mudarse a Ashby Ponds significó vender la casa que la abuela de Al construyó en Arlington, Virginia, en 1910. "Dejarla fue una gran decisión, pero es una de la que nunca nos hemos arrepentido", señala Kitty.

"Hemos sido felices desde que nos mudamos", coincide Al. "Todos son muy amables, y siempre hay mucho que hacer".

De hecho, poco después de mudarse, la pareja descubrió que su vecino de al lado fue juramentado en la Guardia Costera de EE. UU. en la década de 1960 por el padre de Al, Alfred C. Richmond, un exalmirante de cuatro estrellas y comandante.

"Es asombroso las conexiones que hemos hecho", dice Kitty. "Y estamos muy contentos de continuar participando en muchas de las actividades que disfrutábamos antes de nuestra mudanza, incluyendo viajes al Nationals Park, conciertos y conferencias. No estaba segura de si extrañaríamos la vida de la ciudad, ¡pero no nos estamos perdiendo de nada! La vida en Ashby Ponds es fantástica".

"Sí, estamos muy, muy felices aquí", dice Al.

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Por Kelly Shue

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